Amasar es una fase de la elaboración del pan que es imposible saltarse.
Si sus muñecas no son resistentes o no le gusta amasar, utilice un robot de cocina, con lo que se ahorrará todo el esfuerzo
-y parte del tiempo- necesario para amasar.
De todos modos es preferi-ble que le tome gusto a amasar a mano.
Amasar la masa, a mano o a máquina, es la única forma de calentar y ensanchar el gluten de la harina.
A medida que las hebras de gluten se calienten y se vuelvan más elásticas, la masa se va volviendo más esponjosa.
Es la elasticidad de la masa, combinada con la acción de la levadura, lo que da al pan su textura suave y esponjosa.
Un amasado insuficiente significa que la masa no podrá retener las burbujas de aire y que probablemente se colapsará en
el horno dando como resultado una pieza de pan densa y pesada.
CÓMO AMASAR A MANO

Poner la bola de masa en una superficie enharinada.
Frotarse las manos con harina.

Presionar firmemente con la muñeca sobre el centro de la masa y luego enrollar con los dedos la parte exterior de la misma.

Tirar de la masa hacia adentro y presionar de nuevo sobre ella, dándole un giro de unos noventa grados al hacerlo.

Seguir presionando y estirando la masa, haciéndola girar noventa grados cada vez, para obtener un amasado uniforme.
Al cabo de diez minutos, debería estar flexible y elástica, aunque algunos tipos de masa requieren un amasado más prolongado.
EL SIGUIENTE PASO ES:
AÑADIR INGREDIENTES EXTRA
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