2 tazas de harina
1 cucharadita de sal
1 sobre de levadura seca (10G)
2 cucharadas de aceite
1 cucharada de aceite de oliva (opcional)
1 taza de agua tibia

Mezcle en un bol la sal con la harina, forme una corona y vierta allí el agua.
Bata en el centro con un tenedor para formar una crema y rocíe la levadura mientras sigue batiendo.
Incorpore el resto de la harina del bol y amase un poco batiendo en la mesa espolvoreada.

Raspe los restos de masa del bol y amase sobre ellos para incorporarlos.
Devuelva al bol con aceite, amase un poco para aceitar bien la masa e incorporarlo.

Deje descansar durante 20 minutos.
Estire la masa en forma rectangular y de 2 mm de espesor. Pinte la superficie con agua salada.

Ralle el queso en la mesa en un área similar al tamaño de la masa y adhiera el queso volteando la masa sobre él.

Recorte triángulos y acomode en la placa enaceitada y deje descansar durante 5 minutos.
Pinche para que no se formen globos y luego hornee a fuego fuerte durante 5 minutos.
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